FERIA DEL LIBRO DE EL ESCORIAL
Sábado y domingo 25 y 26 de mayo 2024
Participé en la Feria del Libro de El Escorial (Madrid), junto con Yolanda Alba, periodista y escritora. Es un certamen de pueblo: año tras año gana en presencia y prestigio. Participan también autores vendiendo sus obras, librerías, editoriales…este año, además, se han ofrecido recitales de poesía, conferencias…La mejoría con respecto al pasado año ha sido mucha y evidente.
Una feria de libros en un pueblo de
tamaño medio, como El escorial, que tiene grandes urbanizaciones como Los
Arroyos, es todo un acontecimiento para poca gente. Y lo que se lleva tiene
facetas locales: autores del pueblo, con temática específica. La excepción
estaría en un personaje ligado a El Escorial: Felipe II. El llamado rey
prudente o rey funcionario es la gran celebridad de El Escorial y San Lorenzo,
dos localidades diferenciadas, aunque durante un tiempo fueron El Escorial de
Abajo y El Escorial de Arriba. Sobre Felipe II todavía hay lagunas en su
biografía, como la de su relación con la princesa de Éboli y el durísimo
castigo recibido por la noble por su probable participación, como inductora, en
el asesinato de Juan Escobedo, secretario de Juan de Austria, hermanastro del
monarca, gobernador en los Países Bajos.
En Libros Torres llevaron los siguientes títulos: “La Leica de Tina Modotti”, “El ladrón de sueños” en edición fanzine, “El doncel”, “El puchero de don Quijote” y “48 Rutas micológicas”, de Pablo Torres, escritor y periodista; y “Masonas” y “Sacerdotas”, de Yolanda Alba, periodista y escritora, perteneciente a distintos grupos feministas, amiga de Pablo Torres (senior), escritor y periodista, fotógrafo. Y en las primeras horas se vendían pocos ejemplares. Los lectores no se llegaban hasta la feria para buscar títulos y autores con los que compartir historias.
Hubo casetas de todas las ideologías: en una se llevó un título horrible: “Las víctimas de Frente Popular” (todas las víctimas fueron consecuencia del golpe de Estado fascista de los oficiales "africanistas" sublevados). No se puede ser más miserable ni más franquista. Por el contrario hubo una editorial anarquista, de Carlos de la Cruz, Editorial Altolibros, con su correspondiente bandera rojinegra.
El Ayuntamiento montó su propia caseta, con títulos relacionados con su historia: “Navalquejigo. Su historia”, “El Escorial y la virgen de la Herrería”, “El libro verde de El Escorial”, “La iglesia de san Bernabé”… La villa de El escorial tiene gran interés para muchos lectores.
Nos visitó Carmelo Juanís, escultor de/en El Escorial. El pasado años nos compró un par de títulos y nos comentó que quedó encantado con “El doncel”, de Pablo Torres. Los responsables de la librería quedaron en enviarle información sobre la fotógrafa Kati Horn: fotografió colectivos anarquistas en distintas partes de España.
DOMINGO DE LECTORES.- El
domingo la feria estuvo bastante más animada. No faltó el preguntón de turno, en busca de
charla terapéutica, para pasar el rato. No compró un solo libro, aunque dio la brasa a la
mayoría de los libreros y autores. Es otro de los valores de una feria librera.
Fueron muchos los que se interesaron por “El ladrón de sueños”. Miraban la portada y se pasmaban. Hubo un lerdo que preguntó si se trataba de un libro sobre márketing, al ver en la portada un vaso de cerveza Guinnes y una lata de sopas Campbell. ¡Será pavo el amigo! La madre que le parió, qué país.
Cerca de la hora del cierre, llegó un buen lector, con una buena bolsa de libros comprados. Antonio Blanco se llevó los dos títulos de Yolanda y también “48 Rutas micológicas” y “El puchero de don Quijote”. Nos pidió que le dedicáramos los libros, cosa que hicimos gustosos.
Y una mujer de unos cuarenta años, se acercó la puesto, vio el libro de “La Leica de Tina Modotti” y dijo: “Me lo llevó”. Sacó los diez euros, pago y se marchó. Así da gusto.
En la tarde del domingo, la Feria volvió a languidecer. Algunas editoriales vendían algunos pocos libros, los demás veíamos cómo la gente se acercaba, miraba los libros y, en el mejor de los casos, hacían algún comentario o compraban algún ejemplar.
Hay que dedicar unas líneas al concejal de Cultura de El Escorial, Antonio Lobo Bravo. La edición de la Feria de este año 2024 ha mejorado mucho con respecto al año anterior: mejor distribución, mayores espacio, “toldos” de protección solares, una presencia activa para dirigir los muchos actos culturales complementarios…hay que reconocerle un buen trabajo, fruto de su esfuerzo personal: llevar la mejor Cultura a un pueblo no es tarea sencilla.
La conclusión es sencilla: falta Cultura en El Escorial. Faltan alicientes y promoción. Y la lectura, en España, apenas se fomenta o promociona. Sólo los autores industriales disponen de equipos de propaganda para vender libros a mogollón, aunque tengan poca calidad o no interesen por sus contendidos. En España se lee lo que quieren las grandes editoriales: estiércol literario… ya, ya sé. Soy un resentido y un envidioso. Apenas vendo libros y por eso escribo lo que escribo.
Pablo Torres
Lunes, 27 de mayo 2024