viernes, 19 de julio de 2019

LOS CUADERNOS DE TADEUS KUNTZ. RIEUX VOLVESTRE (3)



Presas en el penal de Ocaña (Toledo). Hacia 1944.

UNA EXPOSICIÓN SOBRE LA MEMORIA
HISTÓRICA DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA
En el pueblo de Muret, a medio camino entre Rieux y Toulousse (Occitania, Francia), se inauguró la muestra fotográfica "Lucharon por la libertad y la democracia". Fue el pórtico a la exposición que se inaugura el día 2 de agosto del 2019 en Rieux-Volvestre, dentro del Festival de verano de Rieux, y finalizará los últimos días de septiembre.

8 de Abril 2019.- En la cocina, tras el desayuno, Alexandra y Tadeus, tras comentar aquella costumbre mañanera de su abuelo y tío-abuelo Cristóbal de tomarse un carajillo calentito, prepararon un vermut casero macerando en vino todo un conjunto de hierbas y especias: canela en rama, estrellas de anís, una tacita de ron macerado en naranja, ralladuras de nuez moscada, cardamomo, clavo… un mes después deberían comprobar el sabor de ese su vermut elaborado a la antigua.

                Después callejearon por el pueblo, fijándose en pequeños detalles de las casas: las máscaras de las fachadas de la casas, o “mascarones”, como las llamaba Alejandra; las puertas, algunas con poderosas aldabas; las macetas florales, adornando las entradas a las casas… llegaron hasta el Ayuntamiento o “Mairie”, para pedir las llaves de la Tourasse: querían ver el vetusto casón por dentro.
LA TOURASSE.- Ubicado en la calle de La Salle, Tadeus estaba ante un edificio sobrio, rectangular, uno de los edificios de Rieux-Volvestre con más historia, e historias: le sorprendió que el edificio tuviera el nombre de Tourasse, traducido como Torreón. Entendió que utilizaban una palabra occitana, del Languedoc: Tourasse como torreón, aunque en realidad era un casón antiguo, de sólidas paredes.

Este edificio señorial del siglo XIII perteneció a la Familia del Marquefave. Bastante tiempo después fue comprada por la villa de Rieux, en 1517, para convertirla en Ayuntamiento, con el fin de reunir la asamblea eclesiástica. Más tarde sería un hotel, o el hotel de la villa hasta la Revolución burguesa.

                Durante el periodo revolucionario, en la planta baja, se instalaron las cárceles; y en el siglo XIX, se utilizaron para encerrar a los desertores de las guerras napoleónicas. Aquellos hombres nunca entendieron que tuvieran que luchar con las armas, matando a otros infelices como ellos, para defender los intereses económicos de los poderosos. En su desesperación, en las paredes de los calabozos, grabados con objetos punzantes, dejaron sus nombres, los años en los que estuvieron encerrados, dibujos de sus verdugos, horcas incluidas.

 Acceso a las celdas. La Tourasse.

                En 1923, en el primer piso, se terminó un teatro a la italiana, un lugar mágico en mal estado de conservación. Más tarde fue transformado en Cine. El edificio está deshabitado desde 1963. Se puede visitar, solicitándolo antes al Ayuntamiento. También se puede ver durante los festivales de Teatro de Rieux (se celebran todos los años en los primeros días del mes de agosto).

                En La Tourasse, Tadeus se estremeció en el interior de las celdas: espacios reducidos fríos, oscuros, húmedos; aire podrido por falta de ventilación, donde se comprimían decenas de hombres hambrientos, condenados por no querer matar a sus iguales, ocupando hasta el último hueco. En un rincón, un agujero en el suelo, lo que se llama un “baño turco” donde hacer sus necesidades.

                Gilles Lacoste, actor de Teatro, quiso representar en ese lugar asfixiante una obra teatral, “Desnudo en el mundo. La última luna de García Lorca”, una recreación de las últimas horas del poeta español en los barrancos de Víznar (a unos 20 kilómetros de Granada, España), donde los violentos falangistas le trasladaron para asesinarle. Gilles, en ese espacio cerrado representó el dolor de Federico, sabedor de que su muerte estaba cercana, despierto por la angustia, mirando la Luna en un cielo negro cuajado de estrellas, esperando las balas de las armas de sus verdugos que acabarían con su vida. Muchos espectadores de la pieza teatral todavía recuerdan el dolor real de Gilles, encarnando al poeta en su desolación.

Durante el periodo revolucionario, en la planta baja, se instalaron

las cárceles; y en el siglo XIX, se utilizaron para encerrar

a los desertores de las guerras napoleónicas. Aquellos hombres

nunca entendieron que tuvieran que luchar con las armas,

matando a otros infelices como ellos, para defender los intereses

económicos de los poderosos. En su desesperación,

en las paredes de los calabozos, grabados con objetos punzantes,

dejaron sus nombres, los años en los que estuvieron encerrados,

dibujos de sus verdugos, horcas incluidas.
HACIA MURET.- Después de comer, Alejandra y Tadeus se trasladaron con Pierre Rieu y Tanguy hasta Muret, hasta los cines Veo, en la localidad de Muret. En el pasillo de los cines Veo, por el que pasan todos los días centenares de personas, que conduce a las distintas salas, debían instalar la exposición “Ils ont lutté por la liberté et la democratie” (Lucharon por la libertad y la democracia), de Pablo Torres, un conjunto de fotografías sobre la Memoria Histórica Democrática de España, memoria hurtada por el franquismo en los 40 años de dictadura; ignorada por la recuperada democracia tras la muerte del sanguinario Franco, en una banalización de la dictadura incomprensible. Esa misma exposición, con un mayor número de fotografías se llevó a Rieux-Volvestre, para su exhibición entre el 31 de julio y el 15 de septiembre del 2019. El pequeño pueblo medieval, gracias al esfuerzo de sus moradores, se ha convertido en un punto de interés cultural en la Occitania.

Carmen Torres Ramos, hija del alcalde socialista
de Miguel Esteban (asesinado en 1939). Foto de la exposición

Virgilio Fernández, brigadista internacional.
Tiene poco más de 100 años. Vive en México DF. Foto: Pablo Torres.
MURET.- Junto a los ríos Garona y Loja, a 169 metros sobre el nivel del mar, se localiza Muret (Murèth en la lengua de Oc), una comuna francesa, en el Alto Garona, en la Occitania. Está a 20 kilómetros al sur de Toulouse, junto a la autovía A-64. Por los restos arqueológicos encontrados, la zona ha estado poblada desde el Neolítico.

El edificio religioso más importante es la iglesia gótica de Saint Jacques construida en el siglo XII, ha visto modificada su arquitectura a lo largo de los siglos XIV al XVI. El campanario es de estilo gótico del Languedoc. El conjunto fue declarado monumento histórico en 1928. El pórtico lo fue en 1935. El órgano data de inicios del siglo XIX. La iglesia cuenta con numerosas esculturas y pinturas murales. La capilla del Rosario recuerda la Batalla de Muret. La capilla de la Virgen reproduce la aparición de la Virgen de Lourdes. El esplendor del coro, de época neoclásica, le ha valido la clasificación como monumento histórico. La iglesia contiene pinturas de la escuela toulosiana de los siglos XVIII y XIX.
                El episodio histórico más relevante del pueblo es la Batalla de Muret, desarrollada el 13 de septiembre de 1213 entre tropas de cruzados, al mando de Simón de Montfort y los ejércitos de Ramón VI de Tolosa y Pedro II de Aragón, que moriría en el combate.

LA BATALLA DE MURET.- Fue decisiva contra la causa cátara. Las tropas aragonesas y occitanas sufrieron pérdidas notables. En combate murió Pedro II de Aragón “el Católico”. Su hijo de 5 años, futuro Jaime I de Aragón, estuvo como rehén, bajo la custodia de Simón de Montford, hasta que por orden del Papa Inocencio III le entregó a los templarios.

                Aquel enfrentamiento bélico fue el inició del dominio de los reyes franceses sobre la Occitania, fue el final de la expansión aragonesa en la zona. Antes de la batalla, Pedro II de Aragón tenía como vasallos a los condes de Tolosa, de Foix y de Comminges. Su hijo y heredero, Jaime I, únicamente conservó el Señorío de Montpellier, por herencia de su madre. A partir de esa fecha, el reino de Aragón se ensanchó hacia Valencia y las islas Baleares.


El edificio religioso más importante es la iglesia gótica

de Saint Jacques construida en el siglo XII, ha visto modificada

su arquitectura a lo largo de los siglos XIV al XVI. El campanario

es de estilo gótico del Languedoc. El conjunto fue

declarado monumento histórico en 1928. El pórtico lo fue en 1935.

El órgano data de inicios del siglo XIX. La iglesia cuenta

con numerosas esculturas y pinturas murales. La capilla del

Rosario recuerda la Batalla de Muret. El esplendor del coro, neoclásico,

le ha valido la clasificación como monumento histórico

LA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA.- Elegir el orden de las fotografías, para una narración cronológica, llevó su tiempo. Pierre Rieu, fotógrafo occitano, con un importante archivo documental propio, ayudado por Tanguy Tomasi, se ocupó del montaje.

Piedad Arribas. Miliciana. Combatió en Guadarrama (Madrid).
Hecha prisionera, paso bastantes años en cárceles franquistas.
Foto: Pablo Torres (de la exposición).

En las fosas comunes del cementerio de Quintanar
(Toledo), fueron fusilados-asesinados en 1939 más de 200
republicanos demócratas. Foto: Pablo Torres (de la exposición).

Restos óseos. Fosas de Menasalbas (Toledo).
Foto: Pablo Torres (de la exposición)

La exposición se abría con imágenes de los milicianos, voluntarios para defender la legalidad de la segunda República, para defender la libertad y la democracia. También se ofrecían imágenes más o menos actuales de los brigadistas internacionales, en su vejez, cuando años atrás pasaron por Madrid, por la Ciudad Universitaria, donde combatieron contra las tropas del ejército rebelde de los generales Mola, Franco y resto de oficiales “africanistas” que dieron el golpe de Estado en julio de 1936 y provocaron la guerra civil española.

                Tras las muchas ayudas militares de Alemania e Italia al ejército rebelde franquista –más otras ayudas de países “neutrales”, como Estados Unidos, que permitió que empresas privadas texanas suministraran gasolina a los golpistas–, los rebeldes lograron ganar la guerra tres años después de iniciada. Abril de 1939 fue el comienzo de otra guerra interna, brutal y desigual, basada en el terror, aplicando las “Directrices” del general Emilio Mola: exterminar a los demócratas, sin miramientos. La represión llegó al extremo de asesinar a más de 100.000 civiles en la inmediata postguerra, enterrados en fosas comunes. Se impuso el odio y la venganza, bendecido por la iglesia católica: no hubo reconciliación. No querían la reconciliación.

                La muestra fotográfica incluye imágenes de los familiares de las víctimas, de exhumaciones en fosas comunes. Se añaden fotografías de familiares que buscan a sus desaparecidos… sin olvidarse del apartado de los bebés robados en los paritorios, práctica iniciada en el franquismo, por el coronel Vallejo-Nájera, psiquiatra empeñado en “regenerar” a los demócratas, o rojos, con métodos absurdos, delirantes.

                Los robos de bebés en los paritorios, son la última gran aberración de la dictadura franquista, un negocio de compra-venta de bebés que llegó hasta 1984. Actualmente son miles las familias que buscan a sus hijos, a sus hermanos. La democracia española no ha sabido o no ha querido darles una respuesta a sus peticiones para encontrar a esos bebés robados, a los que les han borrado su pasado para darles otros, que nada tiene que ver con sus auténticos orígenes.

                La exposición se cierra con dos varias fotografías dedicadas a la pervivencia de los símbolos franquistas por toda España. El franquismo sigue vivo en España, con ese perfume a incienso subvencionado por un Estado que se dice aconfesional. Destacan el gigantesco mausoleo donde está enterrado Franco, en Cuelgamuros (los franquistas lo llaman Valle de los Caídos); y el Arco de la Victoria, en Madrid, capital de España, un monumento que además de representar un insulto a la democracia y a los demócratas, es todo un estorbo al tráfico rodado. Pero en España, hay que reconocerlo, hay miedo al franquismo. Las evidencias están en los callejeros de los pueblos y ciudades, en las fachadas de las iglesias, en los memoriales…

Los robos de bebés en los paritorios, son la última gran aberración

de la dictadura franquista, un negocio de compra-venta

de bebés que llegó hasta 1984. Actualmente son miles las familias

que buscan a sus hijos, a sus hermanos. La democracia española

no ha sabido o no ha querido darles una respuesta a sus peticiones 
para encontrar a esos bebés robados, a los que les han borrado

su pasado para darles otros, que nada tiene que ver con sus orígenes.

                Terminado el montaje, sin cóctel de presentación, el autor y sus “invitados” pudieron comprobar cómo bastante gente que entraba o salía de las salas de Cine Veo se detenía y miraba las fotos. Leían las cartelas y se asombraban.



CHARLES TUX.- Uno de los invitados era Charles Tux, un activista cultural, otro excelente fotógrafo de calle al que no se le escapa detalle. Puede dedicarse toda una semana a fotografiar murales y grafitis de Toulouse, captando todo el mundo que se mueve en la marginalidad de los oficialmente marginados.

                Charles Tux y Tadeus vieron la exposición, cuadro a cuadro. Cada fotografía, como un documento gráfico, con una pequeña cartela facilitando datos importantes, como los nombres de los milicianos o brigadistas internacionales que defendieron la democracia y la libertad, finalmente asesinadas por aquellas bestias apocalípticas, armadas por los nazis alemanes y los fascistas italianos.

                Alejandra invitó al grupo a una cena de su casa de Rieux, a media hora de Muret. Tadeus se trasladó con Tux, en un pequeño turismo. En el trayecto, bordearon Noe, un pueblo donde miles de españoles del exilio republicano, que escaparon del terror franquista, fueron víctimas de los gobiernos franceses colaboracionistas con los nazis: trataron de aplacar a la bestia nazi, sin percatarse de que esa misma bestia llevaría todo el sufrimiento posible al pueblo francés.


CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.- Escapando del terror franquista, medio millón de españoles, hombres y mujeres de la República, escaparon a Francia por los Pirineos, especialmente por la zona de Cataluña. Entre  marzo y abril de 1939 se crearon 6 campos en las periferias de los Pirineos Orientales, donde encerraron a los españoles del exilio republicano: Bram (Aude), para los ancianos; Agde (Hérault) y Riversaltes, para los catalanes; Sepfonds (Tarn-et-Garonne) y Le Vernet (Ariège) para los obreros y Gurs (Bajos Pirineos). Estos dos últimos campos de concentración fueron los más aterradores: funcionaron hasta 1944, exterminando a judíos, españoles, rumanos, gitanos y otros europeos indeseados para los nazis y para una parte de la población francesa.

Velatorio del poeta Antonio Machado.
Murió en Colliure (Francia). Es el símbolo del
exilio político español.

El campo de Le Vernet estaba considerado  como “represivo” para tener bajo control a los “individuos peligrosos para el orden público y la seguridad nacional”; para comunistas y dirigentes de las Brigadas Internacionales.

Además de estos centros de internamiento, estaban los de Argèles-sur-Mer, Saint-Cyprien (sumando ambos más de 180.000 internados), en la costa sur mediterránea; el de Prats-de-Molló y otros más pequeños como Gurs (con 23.000 excombatientes españoles y 7.000 brigadistas), Noé y Barcarès (cerca de 150.000 refugiados).

Entre  marzo y abril de 1939 se crearon 6 campos en las periferias

 de los Pirineos Orientales, donde encerraron a los españoles

del exilio republicano: Bram (Aude), para los ancianos;

Agde (Hérault) y Riversaltes, para los catalanes; Sepfonds

(Tarn-et-Garonne) y Le Vernet (Ariège) para los obreros

y Gurs (Bajos Pirineos). Estos dos últimos campos de concentración

fueron los más importantes: funcionaron hasta 1944,

exterminando a judíos, españoles, rumanos, gitanos y 
otros europeos indeseados para los nazis y para una parte de la población francesa.


UNA CLASE DE TEATRO CON GILLES LACOSTE.- Llegados a Rieux, aparcado el coche, en la casa de Alejandra y Tanguy picotearon un poco para después trasladarse hasta uno de los edificios que conforman la Plaza de los Jacobinos. Gilles Lacoste, profesor de Arte dramático, tenía una cita con sus alumnos/as, Alejandra incluida.

                Charles Tux y Tadeus, testigos de excepción en aquella clase, máquinas de fotografiar en sus manos, estaban sorprendidos ante la vitalidad de Gilles, explicando gestos y tonos de vez, mucho más cuando asistían a la representación de una pieza surrealista en la que, en el velatorio de un padre de familia, se podía contemplar al pobre difunto como un apio tronchado o un pollo en pepitoria.

                El Teatro del absurdo puede alcanzar cotas de psicoterapia: cambios de humor, de voz, de miradas… movimientos. Ahora río, después lloro, sin transición. Estoy triste y, poco después, alegre. Corro, grito, lloro dentro de un escenario.

La gesticulación, forzada comicidad, se complementaba en la interrelación entre Gilles, maestro apasionado, y sus aplicados alumnos, viviendo, sintiéndose dentro de los cuerpos de los personajes que representaban. Más que una clase, fue toda una psico-representación teatral cuasi privada para tres espectadores atrapados por una obra que, al final, relaja los sentidos.

Ensayo de una pieza teatral. Clase
impartida por Gilles Lacoste, en Rieux-Volvestre.

LAS FIESTAS DEL “PAPOGAY”.- Los “Rivois”, gentilicio de los nativos y vecinos de Rieux, han conservado la tradición popular del “Tiro al Papogay”. Cada primer domingo de mayo, un centenar de arqueros disparan sus flechas sobre un loro de madera y hierro, posado en un mástil de 45 metros.

                El arquero que logra derribar al pájaro de madera es declarado rey del Papogay. El evento es también una ocasión para una misa en occitano y de un desfile de tipo medieval. Con el fin de hacer vivir todo el año esta costumbre que se remonta al siglo XIV, la Oficina de Turismo alberga un museo dedicado a esta antigua costumbre.

Próxima entrega: "Toulouse, capital del 
exilio político español de la postguerra civil española"




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