Presas en el penal de Ocaña (Toledo). Hacia 1944.
UNA EXPOSICIÓN SOBRE LA MEMORIA
HISTÓRICA DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA
En el pueblo de Muret, a medio camino entre Rieux y Toulousse (Occitania, Francia), se inauguró la muestra fotográfica "Lucharon por la libertad y la democracia". Fue el pórtico a la exposición que se inaugura el día 2 de agosto del 2019 en Rieux-Volvestre, dentro del Festival de verano de Rieux, y finalizará los últimos días de septiembre.
8 de Abril 2019.- En la cocina, tras el desayuno, Alexandra y Tadeus, tras comentar aquella
costumbre mañanera de su abuelo y tío-abuelo Cristóbal de tomarse un carajillo
calentito, prepararon un vermut casero macerando en vino todo un conjunto de
hierbas y especias: canela en rama, estrellas de anís, una tacita de ron
macerado en naranja, ralladuras de nuez moscada, cardamomo, clavo… un mes
después deberían comprobar el sabor de ese su vermut elaborado a la antigua.
Después callejearon
por el pueblo, fijándose en pequeños detalles de las casas: las máscaras de las
fachadas de la casas, o “mascarones”, como las llamaba Alejandra; las puertas,
algunas con poderosas aldabas; las macetas florales, adornando las entradas a
las casas… llegaron hasta el Ayuntamiento o “Mairie”, para pedir las llaves de
la Tourasse: querían ver el vetusto casón por dentro.
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LA TOURASSE.- Ubicado en la calle de La Salle, Tadeus estaba ante un edificio
sobrio, rectangular, uno de los edificios de Rieux-Volvestre con más historia,
e historias: le sorprendió que el edificio tuviera el nombre de Tourasse,
traducido como Torreón. Entendió que utilizaban una palabra occitana, del
Languedoc: Tourasse como torreón, aunque en realidad era un casón antiguo, de
sólidas paredes.
Este edificio señorial del siglo XIII perteneció a la
Familia del Marquefave. Bastante tiempo después fue comprada por la villa de
Rieux, en 1517, para convertirla en Ayuntamiento, con el fin de reunir la
asamblea eclesiástica. Más tarde sería un hotel, o el hotel de la villa hasta
la Revolución burguesa.
Durante el periodo
revolucionario, en la planta baja, se instalaron las cárceles; y en el siglo
XIX, se utilizaron para encerrar a los desertores de las guerras napoleónicas.
Aquellos hombres nunca entendieron que tuvieran que luchar con las armas,
matando a otros infelices como ellos, para defender los intereses económicos de
los poderosos. En su desesperación, en las paredes de los calabozos, grabados
con objetos punzantes, dejaron sus nombres, los años en los que estuvieron
encerrados, dibujos de sus verdugos, horcas incluidas.
Acceso a las celdas. La Tourasse.
En 1923, en el primer piso,
se terminó un teatro a la italiana, un lugar mágico en mal estado de
conservación. Más tarde fue transformado en Cine. El edificio está deshabitado desde
1963. Se puede visitar, solicitándolo antes al Ayuntamiento. También se puede
ver durante los festivales de Teatro de Rieux (se celebran todos los años en
los primeros días del mes de agosto).
En La Tourasse, Tadeus
se estremeció en el interior de las celdas: espacios reducidos fríos, oscuros,
húmedos; aire podrido por falta de ventilación, donde se comprimían decenas de
hombres hambrientos, condenados por no querer matar a sus iguales, ocupando
hasta el último hueco. En un rincón, un agujero en el suelo, lo que se llama un
“baño turco” donde hacer sus necesidades.
Gilles Lacoste, actor
de Teatro, quiso representar en ese lugar asfixiante una obra teatral, “Desnudo en el mundo. La última luna de García
Lorca”, una recreación de las últimas horas del poeta español en los
barrancos de Víznar (a unos 20 kilómetros de Granada, España), donde los
violentos falangistas le trasladaron para asesinarle. Gilles, en ese espacio
cerrado representó el dolor de Federico, sabedor de que su muerte estaba
cercana, despierto por la angustia, mirando la Luna en un cielo negro cuajado
de estrellas, esperando las balas de las armas de sus verdugos que acabarían
con su vida. Muchos espectadores de la pieza teatral todavía recuerdan el dolor
real de Gilles, encarnando al poeta en su desolación.
Durante el periodo revolucionario,
en la planta baja, se instalaron
las cárceles; y en el siglo XIX, se
utilizaron para encerrar
a los desertores de las guerras
napoleónicas. Aquellos hombres
nunca entendieron que tuvieran que
luchar con las armas,
matando a otros infelices como
ellos, para defender los intereses
económicos de los poderosos. En su
desesperación,
en las paredes de los calabozos,
grabados con objetos punzantes,
dejaron sus nombres, los años en los
que estuvieron encerrados,
dibujos de sus verdugos, horcas
incluidas.
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HACIA MURET.- Después de comer, Alejandra y Tadeus se trasladaron con Pierre Rieu y
Tanguy hasta Muret, hasta los cines Veo, en la localidad de Muret. En el
pasillo de los cines Veo, por el que pasan todos los días centenares de
personas, que conduce a las distintas salas, debían instalar la exposición “Ils ont lutté por la liberté et la democratie”
(Lucharon por la libertad y la democracia), de Pablo Torres, un conjunto de fotografías sobre la Memoria Histórica
Democrática de España, memoria hurtada por el franquismo en los 40 años de
dictadura; ignorada por la recuperada democracia tras la muerte del sanguinario
Franco, en una banalización de la dictadura incomprensible. Esa misma
exposición, con un mayor número de fotografías se llevó a Rieux-Volvestre, para
su exhibición entre el 31 de julio y el 15 de septiembre del 2019. El pequeño
pueblo medieval, gracias al esfuerzo de sus moradores, se ha convertido en un
punto de interés cultural en la Occitania.
Carmen Torres Ramos, hija del alcalde socialista
de Miguel Esteban (asesinado en 1939). Foto de la exposición
Virgilio Fernández, brigadista internacional.
Tiene poco más de 100 años. Vive en México DF. Foto: Pablo Torres.
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MURET.- Junto a los ríos Garona y Loja, a 169 metros sobre el nivel del mar, se
localiza Muret (Murèth en la lengua de Oc), una comuna francesa, en el Alto
Garona, en la Occitania. Está a 20 kilómetros al sur de Toulouse, junto a la
autovía A-64. Por los restos arqueológicos encontrados, la zona ha estado
poblada desde el Neolítico.
El edificio religioso más importante es la iglesia
gótica de Saint Jacques construida en el siglo XII, ha visto modificada su
arquitectura a lo largo de los siglos XIV al XVI. El campanario es de estilo
gótico del Languedoc. El conjunto fue declarado monumento histórico en 1928. El
pórtico lo fue en 1935. El órgano data de inicios del siglo XIX. La iglesia cuenta
con numerosas esculturas y pinturas murales. La capilla del Rosario recuerda la
Batalla de Muret. La capilla de la Virgen reproduce la aparición de la Virgen
de Lourdes. El esplendor del coro, de época neoclásica, le ha valido la
clasificación como monumento histórico. La iglesia contiene pinturas de la
escuela toulosiana de los siglos XVIII y XIX.
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El episodio histórico más
relevante del pueblo es la Batalla de Muret, desarrollada el 13 de septiembre
de 1213 entre tropas de cruzados, al mando de Simón de Montfort y los ejércitos
de Ramón VI de Tolosa y Pedro II de Aragón, que moriría en el combate.
LA BATALLA
DE MURET.- Fue decisiva contra
la causa cátara. Las tropas aragonesas y occitanas sufrieron pérdidas notables.
En combate murió Pedro II de Aragón “el Católico”. Su hijo de 5 años, futuro
Jaime I de Aragón, estuvo como rehén, bajo la custodia de Simón de Montford,
hasta que por orden del Papa Inocencio III le entregó a los templarios.
Aquel enfrentamiento
bélico fue el inició del dominio de los reyes franceses sobre la Occitania, fue
el final de la expansión aragonesa en la zona. Antes de la batalla, Pedro II de
Aragón tenía como vasallos a los condes de Tolosa, de Foix y de Comminges. Su
hijo y heredero, Jaime I, únicamente conservó el Señorío de Montpellier, por
herencia de su madre. A partir de esa fecha, el reino de Aragón se ensanchó
hacia Valencia y las islas Baleares.
El edificio religioso más importante
es la iglesia gótica
de Saint Jacques construida en el
siglo XII, ha visto modificada
su arquitectura a lo largo de los
siglos XIV al XVI. El campanario
es de estilo gótico del Languedoc.
El conjunto fue
declarado monumento histórico en
1928. El pórtico lo fue en 1935.
El órgano data de inicios del siglo
XIX. La iglesia cuenta
con numerosas esculturas y pinturas
murales. La capilla del
Rosario recuerda la Batalla de
Muret. El esplendor del coro, neoclásico,
le ha valido la clasificación como
monumento histórico
LA EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA.- Elegir el orden de las fotografías, para una narración
cronológica, llevó su tiempo. Pierre Rieu, fotógrafo occitano, con un
importante archivo documental propio, ayudado por Tanguy Tomasi, se ocupó del
montaje.
Piedad Arribas. Miliciana. Combatió en Guadarrama (Madrid).
Hecha prisionera, paso bastantes años en cárceles franquistas.
Foto: Pablo Torres (de la exposición).
(Toledo), fueron fusilados-asesinados en 1939 más de 200
republicanos demócratas. Foto: Pablo Torres (de la exposición).
Restos óseos. Fosas de Menasalbas (Toledo).
Foto: Pablo Torres (de la exposición)
La exposición se abría con imágenes de los milicianos,
voluntarios para defender la legalidad de la segunda República, para defender
la libertad y la democracia. También se ofrecían imágenes más o menos actuales
de los brigadistas internacionales, en su vejez, cuando años atrás pasaron por
Madrid, por la Ciudad Universitaria, donde combatieron contra las tropas del
ejército rebelde de los generales Mola, Franco y resto de oficiales
“africanistas” que dieron el golpe de Estado en julio de 1936 y provocaron la
guerra civil española.
Tras las muchas ayudas
militares de Alemania e Italia al ejército rebelde franquista –más otras ayudas
de países “neutrales”, como Estados Unidos, que permitió que empresas privadas texanas
suministraran gasolina a los golpistas–, los rebeldes lograron ganar la guerra
tres años después de iniciada. Abril de 1939 fue el comienzo de otra guerra
interna, brutal y desigual, basada en el terror, aplicando las “Directrices” del general Emilio Mola:
exterminar a los demócratas, sin miramientos. La represión llegó al extremo de
asesinar a más de 100.000 civiles en la inmediata postguerra, enterrados en
fosas comunes. Se impuso el odio y la venganza, bendecido por la iglesia
católica: no hubo reconciliación. No querían la reconciliación.
La muestra fotográfica
incluye imágenes de los familiares de las víctimas, de exhumaciones en fosas
comunes. Se añaden fotografías de familiares que buscan a sus desaparecidos…
sin olvidarse del apartado de los bebés robados en los paritorios, práctica
iniciada en el franquismo, por el coronel Vallejo-Nájera, psiquiatra empeñado
en “regenerar” a los demócratas, o rojos, con métodos absurdos, delirantes.
Los robos de bebés en
los paritorios, son la última gran aberración de la dictadura franquista, un
negocio de compra-venta de bebés que llegó hasta 1984. Actualmente son miles
las familias que buscan a sus hijos, a sus hermanos. La democracia española no
ha sabido o no ha querido darles una respuesta a sus peticiones para encontrar
a esos bebés robados, a los que les han borrado su pasado para darles otros,
que nada tiene que ver con sus auténticos orígenes.
La exposición se
cierra con dos varias fotografías dedicadas a la pervivencia de los símbolos
franquistas por toda España. El franquismo sigue vivo en España, con ese
perfume a incienso subvencionado por un Estado que se dice aconfesional. Destacan
el gigantesco mausoleo donde está enterrado Franco, en Cuelgamuros (los
franquistas lo llaman Valle de los Caídos); y el Arco de la Victoria, en
Madrid, capital de España, un monumento que además de representar un insulto a
la democracia y a los demócratas, es todo un estorbo al tráfico rodado. Pero en
España, hay que reconocerlo, hay miedo al franquismo. Las evidencias están en
los callejeros de los pueblos y ciudades, en las fachadas de las iglesias, en
los memoriales…
Los robos de bebés en los
paritorios, son la última gran aberración
de la dictadura franquista, un
negocio de compra-venta
de bebés que llegó hasta 1984.
Actualmente son miles las familias
que buscan a sus hijos, a sus hermanos.
La democracia española
no ha sabido o no ha querido darles
una respuesta a sus peticiones
para encontrar a esos bebés robados, a los que
les han borrado
su pasado para darles otros, que
nada tiene que ver con sus orígenes.
Terminado el montaje,
sin cóctel de presentación, el autor y sus “invitados” pudieron comprobar cómo
bastante gente que entraba o salía de las salas de Cine Veo se detenía y miraba
las fotos. Leían las cartelas y se asombraban.
CHARLES TUX.- Uno de los invitados era Charles
Tux, un activista cultural, otro excelente fotógrafo de calle al que no se
le escapa detalle. Puede dedicarse toda una semana a fotografiar murales y
grafitis de Toulouse, captando todo el mundo que se mueve en la marginalidad de
los oficialmente marginados.
Charles Tux y Tadeus
vieron la exposición, cuadro a cuadro. Cada fotografía, como un documento
gráfico, con una pequeña cartela facilitando datos importantes, como los
nombres de los milicianos o brigadistas internacionales que defendieron la
democracia y la libertad, finalmente asesinadas por aquellas bestias
apocalípticas, armadas por los nazis alemanes y los fascistas italianos.
Alejandra invitó al
grupo a una cena de su casa de Rieux, a media hora de Muret. Tadeus se trasladó
con Tux, en un pequeño turismo. En el trayecto, bordearon Noe, un pueblo donde
miles de españoles del exilio republicano, que escaparon del terror franquista,
fueron víctimas de los gobiernos franceses colaboracionistas con los nazis:
trataron de aplacar a la bestia nazi, sin percatarse de que esa misma bestia
llevaría todo el sufrimiento posible al pueblo francés.
CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.- Escapando del terror franquista, medio millón de
españoles, hombres y mujeres de la República, escaparon a Francia por los
Pirineos, especialmente por la zona de Cataluña. Entre marzo y abril de
1939 se crearon 6 campos en las periferias de los Pirineos Orientales, donde
encerraron a los españoles del exilio republicano: Bram
(Aude), para los ancianos; Agde (Hérault) y Riversaltes, para los
catalanes; Sepfonds (Tarn-et-Garonne) y Le Vernet (Ariège) para los
obreros y Gurs (Bajos Pirineos). Estos dos últimos campos de concentración fueron los más aterradores:
funcionaron hasta 1944, exterminando a judíos, españoles, rumanos, gitanos y
otros europeos indeseados para los nazis y para una parte de la población
francesa.
Velatorio del poeta Antonio Machado.
Murió en Colliure (Francia). Es el símbolo del
exilio político español.
El campo de Le Vernet estaba considerado como “represivo” para tener bajo control a los
“individuos
peligrosos para el orden público y la seguridad nacional”; para
comunistas y dirigentes de las Brigadas Internacionales.
Además de estos centros de internamiento, estaban los de Argèles-sur-Mer,
Saint-Cyprien (sumando ambos más de 180.000 internados), en la
costa sur mediterránea; el de Prats-de-Molló y otros más
pequeños como Gurs (con 23.000 excombatientes españoles y 7.000 brigadistas), Noé y
Barcarès (cerca de 150.000 refugiados).
Entre marzo y abril de 1939 se crearon 6 campos en
las periferias
de los Pirineos Orientales, donde encerraron a
los españoles
del
exilio republicano: Bram
(Aude), para los ancianos;
Agde (Hérault) y Riversaltes, para los catalanes; Sepfonds
(Tarn-et-Garonne) y Le Vernet (Ariège) para los obreros
y Gurs (Bajos Pirineos). Estos dos últimos campos de
concentración
fueron
los más importantes: funcionaron hasta 1944,
exterminando
a judíos, españoles, rumanos, gitanos y
otros europeos indeseados para los
nazis y para una parte de la población francesa.
UNA CLASE DE TEATRO CON GILLES LACOSTE.- Llegados a Rieux, aparcado el coche, en la casa de
Alejandra y Tanguy picotearon un poco para después trasladarse hasta uno de los
edificios que conforman la Plaza de los Jacobinos. Gilles Lacoste, profesor de
Arte dramático, tenía una cita con sus alumnos/as, Alejandra incluida.
Charles Tux y Tadeus,
testigos de excepción en aquella clase, máquinas de fotografiar en sus manos, estaban
sorprendidos ante la vitalidad de Gilles, explicando gestos y tonos de vez,
mucho más cuando asistían a la representación de una pieza surrealista en la
que, en el velatorio de un padre de familia, se podía contemplar al pobre
difunto como un apio tronchado o un pollo en pepitoria.
El Teatro del absurdo
puede alcanzar cotas de psicoterapia: cambios de humor, de voz, de miradas…
movimientos. Ahora río, después lloro, sin transición. Estoy triste y, poco
después, alegre. Corro, grito, lloro dentro de un escenario.
La gesticulación, forzada comicidad, se complementaba
en la interrelación entre Gilles, maestro apasionado, y sus aplicados alumnos,
viviendo, sintiéndose dentro de los cuerpos de los personajes que representaban.
Más que una clase, fue toda una psico-representación teatral cuasi privada para
tres espectadores atrapados por una obra que, al final, relaja los sentidos.
Ensayo de una pieza teatral. Clase
impartida por Gilles Lacoste, en Rieux-Volvestre.
LAS FIESTAS DEL “PAPOGAY”.- Los “Rivois”, gentilicio de los nativos y vecinos de
Rieux, han conservado la tradición popular del “Tiro al Papogay”. Cada primer
domingo de mayo, un centenar de arqueros disparan sus flechas sobre un loro de
madera y hierro, posado en un mástil de 45 metros.
El arquero que logra
derribar al pájaro de madera es declarado rey del Papogay. El evento es también
una ocasión para una misa en occitano y de un desfile de tipo medieval. Con el
fin de hacer vivir todo el año esta costumbre que se remonta al siglo XIV, la
Oficina de Turismo alberga un museo dedicado a esta antigua costumbre.
Próxima entrega: "Toulouse, capital del
exilio político español de la postguerra civil española"