Tiempo después de iniciarse la
publicación de la revista especializada Noticias Bibliográficas –fundada tras
una larga conversación entre Pablo Torres, Diego Martín y los libreros
anticuarios Juan Llorente y Bernardo Fernández–, en 1987, me desplacé con
Bernardo Fernández hasta el taller de Encuadernación de Ángel Camacho, en la
calle Juan de Dios, a espaldas de la plaza de España (Madrid), cuando trabajaba
con Nieves Gonzalo, gran encuadernadora también.
Desde
los inicios de Noticias Bibliográficas, Ángel Camacho, con poco más de 35 años, fue un
colaborador activo de la revista al advertir de la necesidad de una publicación
de calidad dedicada al reducido ámbito del libro antiguo. Bernardo Fernández,
apasionado librero de viejo o anticuario, también director de Cine, le entrevistó
(Noticias Bibliográficas número 20, de marzo-abril de 1991, páginas 26 y 27).
Ángel o
Camacho, que ya entonces tenía una ganada fama de ser un encuadernador eficaz y
de talento, gran conocedor de todas las técnicas de restauración de libros y
encuadernaciones –entre otras cosas por ser profesor en la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios Artísticos desde 1985–, se definió como un profesional
cabal: buscaba siempre hacer la mejor restauración de cualquier libro antiguo,
viejo o nuevo, por deteriorado que estuviera, o “recuperar obras de difícil salvamento”, en el
texto de Bernardo Fernández; o completar la encuadernación más adecuada a los
contenidos de los libros.
Con Ángel
Camacho y unos pocos excelentes libreros, aprendí que una buena encuadernación
garantiza una larga vida a cualquier libro, de cualquier época, protegiendo los
pliegos de papel, los contenidos culturales. Porque cada libro es hijo de su
tiempo en sus papeles, en su impresión, en su encuadernación, en sus lectores (cada libro tiene su lector).
Por
supuesto, Ángel Camacho no se amilanaba ante las encuadernaciones
exquisitas, los “mosaicos” de Arte. Este tipo de encuadernaciones, en las que
se utilizan pieles de distintos colores, exigen tiempo, dedicación, sentido plástico.
La portada debe trascender, tener una plástica que aproxime a los contenidos,
los defina.
Camacho
expuso libros construidos o reconstruidos por él, como “El arte del
Birlibirloque”, un mosaico primoroso; o “La patraña de Juan Timoneda”,
una pieza plateresca. Otras obras restauradas en su taller, con su
intervención, expuestas en distintos eventos bibliófilos de Madrid, son: “Barones
ilustres”, de Plutarco (finales del XV); “Historia del rey don Hernando
el católico”, editada en 1530, encuadernación plateresca; “Obras de
Petri Cirueli”, año 1526, encuadernación plateresca…
Un
ejemplo de encuadernación primorosa, salida del taller de Ángel Camacho, fue la
encuadernación de la obra “En brazos de Carlota”, pieza de literatura
erótica de Gabriel Argumánez, destacado colaborador en Noticias
Bibliográficas. En ese libro también intervino el pintor y grabador Jorge
Perellón, aportando unas láminas de arte puro, estampadas en tórculo,
después iluminadas a mano. Camacho diseñó una encuadernación especial, de
enorme belleza y sensibilidad ante unos contenidos de sutileza erótica,
demostrando una vez más su talento como maestro encuadernador.
Artículo en Noticias Bibliográficas, sobre "El cuplé de la geisa".
A la derecha, arriba, Ángel Camacho
La
edición de esta pequeña gran joya bibliográfica se presentó en el madrileño pub Woody. El
librero Miguel Madrid se encargó de abrir el acto y hablar de Carlota y de
todas las Carlotas que habitan los idealizados mundos adolescentes de los
hombres. Además del encuadernador, Ángel Camacho, estuvieron el grabador, Jorge
Perellón, y su tío Celedonio, afamado pintor, acompañados de los muchos amigos
de Noticias Bibliográficas en Madrid.
Otra
gran encuadernación de Ángel Camacho, en colaboración con Noticias
Bibliográficas, estuvo en “El cuplé de la geisa”, novela del “género
gamberro o hooligan”, de Gabriel Argumánez, ilustrada también por el
pintor y grabador Jorge Perellón. Otra demostración de inteligencia y capacidad
profesional. El libro tuvo todo un conjunto de encuadernaciones, distintas,
personalizadas, para lectores selectos y coleccionistas de grandes obras
literarias, primorosamente encuadernadas. En “El cuplé de la geisa” se unión
buena literatura independiente y una excelente encuadernación artesanal.
Hubo
un tiempo en el que Camacho se reunía para comer con otros compañeros de
profesión, como Jesús Cortes, Jorge Mazo, o Juanito, por
citar tres ejemplos de maestros encuadernadores… Alababa el trabajo de todos
ellos, destacando sus especialidades: Mazo, hombre socarrón y gran lector, destacaba en las
encuadernaciones en tela; Jesús Cortes tenía un taller formidable, cerca de la
plaza de Ópera; Juanito ocupaba su espacio, con encuadernaciones más modestas…
aquellas comidas, en restaurantes económicos, eran un modelo de compañerismo y
humor elegante.
El
sótano de su taller también fue punto de encuentro de unas singulares Tertulias
biblio-libreros, con asistencia de libreros, encuadernadores, diseñadores, bibliófilos…
charlaban de libros, de buenos libros, de grabados, de cualquier tema que surgiera.
En
todos los eventos relacionados con el libro antiguo, estaba presente Ángel
Camacho, relacionándose con los libreros, acordando trabajos… cuando se celebró
un congreso de Bibliofilia y bibliografía en Cádiz –Diego Martín representó a
Noticias Bibliográficas–, Camacho y su hijo Iván prepararon un taller e hicieron trabajos a los
asistentes mostrando en directo las distintas técnicas de Encuadernación y
restauración.
En
Noticias Bibliográficas se publicó un artículo dedicado a tres maestros de la
Encuadernación: Ana Ruiz Larrea, Jesús Cortés y Ángel Camacho
(marzo-abril 1995. NB nº 43. Páginas 34 y 35). Los tres están considerados como
tres punteros en el oficio de encuadernar, considerado como un Arte o una
artesanía artística, según sea la construcción de cada libro.
Ángel
Camacho también se ocupó de transmitir sus grandes conocimientos a sus hijos,
Iván y Ángel, y a sus alumnos. Su taller fue, en distintos momentos, una
escuela para el aprendizaje del Arte Ligatorio. Y han sido muchos los que
aprendieron las técnicas para encuadernarse sus propios libros, en función de
sus gustos. Hoy, los talleres profesionales de encuadernación, en Madrid, son
pocos.
En
su momento, Iván y Ángel, sus hijos, se incorporaron al taller para atender la
demanda de encuadernaciones y restauraciones de libros antiguos y documentos
gráficos. Recuerdo una restauración de papel chino que decoraba el salón oriental
del Palacio de la Cotilla (Guadalajara), en el año 2001, un auténtico “trabajo
de chinos” de gran vistosidad, de enorme calidad al devolver a aquel papel su
textura original. Todo el trabajo de desmontaje, restauración y nuevo montaje lo
realizaron los restauradores de Encuadernación Camacho.
Noticias
Bibliográficas fue también el espacio para publicar un artículo de gran interés
de Iván Camacho, hijo de Ángel, titulado “La encuadernación española en el
siglo XVIII”, en dos entregas (Noticias Bibliográficas números 77 y 78,
meses de septiembre a diciembre del año 2000). No fue el único. También dio a
conocer “Un estudio de la Encuadernación a través de la restauración" (Noticias
Bibliográficas número 103, enero-febrero 2005), de gran interés para
profesionales y libreros anticuarios.
Ángel Camacho, con su hijo Iván, en el taller de Madrid.
En
febrero del 2004 Noticias Bibliográficas, número 97, páginas 32 y 33, publicó
un reportaje sobre Camacho: “Restauración de libros, encuadernaciones y
documentos gráficos”. En el texto se repasaba la trayectoria profesional de
Ángel Camacho, iniciada en el último cuarto del siglo XX. Su marca se
identificaba con prestigio por sus excelentes trabajos en sus tres campos:
restauración de libros, Encuadernación y Documento gráfico.
Mientras
otras encuadernaciones cerraban ante el avance de las ediciones digitales,
llamadas a revolucionar la edición mundial de libros, el taller de Camacho
siguió en la brecha, sin perder clientes. La crisis no le afectó nunca: los
encargos se sucedían, se suceden: Iván y Ángel conocen bien el oficio: restauran
libros, encuadernan libros, salvan documentos gráficos…
Tras
el cierre de Noticias Bibliográfica –qué felicidad la de unos pocos enemigos de
la revista, tan reaccionarios y carcas ellos, auténticos traperos atacando a la
única revista que se ocupaba de informar del reducido mundo del libro viejo y
antiguo, con todas sus artes complementarias–, hubo un intento de volver a
editar digitalmente la revista. Camacho estaba dispuesto a colaborar desde el
primer momento… el libro, antiguo o moderno, necesita de promoción y
proyección. El proyecto, que requería un trabajo inicial enorme, se truncó por
falta de financiación. Desde el cierre
de la publicación, los libreros de viejo o anticuario no han logrado que
alguien edite otra revista de bibliografía de características similares a
Noticias Bibliográficas, con entrevistas a grandes escritores, como Arturo
Pérez Reverte, José Luis Jover o Bernardo Atxaga; a grandes editores, como don
Vicente Giner o Julio Ollero; a grandes libreros anticuarios, como Guillermo
Blázquez, Luis Bardón o Mariano Castell y Albert Casals; a grandes
encuadernadores, como Ángel Camacho, Jesús Cortés, Ana Ruiz-Larrea…
La
noticia de la inesperada, prematura muerte de Ángel Camacho, el miércoles 7 de octubre del 2020, en Madrid, a los 66 años, ha sido un golpe
brutal para todos sus muchos amigos y conocidos. Se ha ido el maestro
encuadernador, se ha ido un hombre bueno, afectuoso, siempre atento a los
libros, como ejemplares a los que proteger de sus propietarios en su usos actuales,
para las generaciones futuras.
Descansa
en paz, estés donde estés, querido Ángel. Un abrazo, mi buen amigo.
Pablo Torres
Madrid, 17 de octubre
2020