martes, 11 de junio de 2019

LOS VIAJES DE TADEUS KUNZT. RIEUX-VOLVESTRE (2)

EN TIERRA DE CÁTAROS

  
Ubicada en el Alto Garona, región del Mediodía-Pirineos, cantón de Rieux-Volvestre, villa y comuna francesa, Rieux forma parte de la Occitancia. La ciudad más grande de esta extensa región meridional es Toulouse. Los territorios limitan con los Alpes, la Provenza, el golfo de León (en el Mediterráneo) y Andorra y los Pirineos. Se creó por la reforma territorial del 2014, fusionándose el Languedoc-Rosellón y Mediodía-Pirineos.




LOS CÁTAROS.- Antaño Rieux-Volvestre y todo su entorno fue tierra de cátaros, hombres y mujeres de un movimiento religioso, de carácter gnóstico, que se propagó por la Europa occidental, a mediados del siglo XI. La doctrina arraigó en el siglo XII entre los habitantes del Languedoc, con la protección de señores feudales, vasallos de la corona de Aragón, como Guillermo de Aquitania.

            El centro de la cultura cátara estaba en Toulouse. Los cátaros, también llamados “La secta de los tejedores” (fueron los principales difusores en Europa occidental), creían en una dualidad creadora: Dios y Satanas, el bien y el mal. Predicaban la salvación a través del ascetismo, el rechazo del mundo material, considerado como obra demoniaca.

La Iglesia católica vio en los cátaros un peligro real hacia su poder: les declaró heréticos. Para acabar con los cátaros, pidió ayuda a la corona de Francia: organizaron la llamada Cruzada albigense y con acciones bélicas violentas, iniciaron su erradicación a partir del año 1209. A finales del XIII, los cátaros se movieron en la clandestinidad, extinguiéndose años después.

De los cátaros queda su nombre, su cruz, su simbología. Fueron exterminados no por sus creencias, si no por su expansión por toda la Occitania, por el poder que alcanzaron. La Iglesia Católica vio peligrar su poder, sin consentir otro poder que el suyo propio. La finalidad de cruzada era acabar con todos y cada uno de los cátaros, herejes gnósticos que dejaron sus huellas.

Siete de la mañana: la ciudad dormía plácida, sin ruidos. Tadeus decidió pasear, ver el pueblo cuando aún bostezaba. Desde la calle La Salle caminó hasta la “plaza central”, donde está la plaza de Le Halle, lugar donde antaño celebraban mercado varios días a la semana. Es el centro vital de Rieux-Volvestre.



EL MERCADO DE “LA HALLE”.- Es un espacio abierto, en la zona central del pueblo viejo. La estructura que sostiene el tejado es enteramente de madera clavada. Data del siglo XV. Fue restaurada en el año 2004. Los pilares/vigas han sido reelaborados. Anteriormente los mercaderes lo ocupaban tres veces por semana. En caso de fraude documentado, la mercancía era confiscada y distribuida entre los pobres de la ciudad.

                En frente, una casa con máscaras del siglo XVII. Representan, de izquierda a derecha, de arriba abajo: Venus, Júpiter, mercurio, Poseidón, Saturno, Bacchus. Algunos pretenden que la máscara que figura sobre la puerta de entrada a la casa, representa el carácter del propietario.

 La casa del Obispado, desde el patio interior
Desde allí caminó por la calle  de Lé Evéché (del Obispado), en leve caída: encontró varios edificios antiguos, históricos. El primero será la Casa del Obispo, el Obispado, bajando, en la parte izquierda, cerrada a cal y canto, sin muchas referencias a tan histórico edificio.

EL OBISPADO, LA TORRE VALTAN y LA CASA LAGUENS.- El portal del Obispado estaba decorado con blasones de los obispos, de los siglos XIV y XV, que fueron arrancados por los revolucionarios, en 1789 y años siguientes, cuando la revolución acabó con los privilegios de nobleza y clero. De una parte a otra del portal, las aspilleras estaban ocupadas para disparar con los mosquetes

                La torre, flanqueada y almenada, llamada Torre Valtán, lleva el nombre del obispo que decidió la construcción del Obispado. Actualmente los edificios del Obispado se destinan a un centro médico.

                Unos pasos más allá esta:



LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA.- Un poco más abajo se encontrará con la Catedral de Santa María, un edificio de arquitectura cátara meridional: gruesos muros, de más de tres metros como pilares de sostenimiento. Pegada a un meandro del río Ariza, formaba parte del aparato de defensivo de la ciudad.

                Se edificó en el siglo XIV sobre el emplazamiento de la capilla de Santa María de las Aygas, del siglo XI, donde se encontró el muro almenado sobre la parte noreste.

                En la fachada se observa el vestigio de una antigua entrada.

                La catedral fue remodelada en el siglo XVII. Su campanario del siglo XIV tiene una impresionante base octogonal, calificada como “uno de los más bellos del reino”. Las tres últimas plantas, acabadas en el siglo XVII tienen aberturas en forma de mitra: son la réplica del campanario de los Jacobinos de Toulouse.

                El pórtico del acceso principal a la catedral sufrió las iras de los revolucionarios: las imágenes de piedra tallada que podrían representar músicos, o santos, o cualquier alegoría bíblica, fueron destrozadas a golpes de mazo. No dejaron ni una estatuilla sana.

                Frente a la catedral está:



EL ANTIGUO SEMINARIO (actual Ayuntamiento).- Prácticamente enfrente de la catedral está el Antiguo Seminario, actual Ayuntamiento. El edificio religioso, de los siglos XV y XVI, después de la Revolución francesa se convirtió en la sede del actual Ayuntamiento. Una parte se ha destinado a Museo de Historia local, donde conservan distintos vestigios de los conventos y restos de otros edificios histórico, como capiteles. El Museo es el depositario de preservar y transmitir la costumbre local de tiro al “Papogay”, vetusta tradición de los arqueros de Rieux que se remonta al siglo XIV, cuando el pueblo necesitaba ser defendido por buenos arqueros, desde lo alto de su castillo (hoy desaparecido). El Antiguo Seminario data de finales del XV. Fue restaurado en 1970.

                Frente a la catedral, también está un singular edificio civil:



LA CASA DEL ENTRAMADO DE MADERA.- Pegada al Antiguo Seminario, anterior en su construcción, está La casa del entramado de madera, posiblemente la más antigua de Rieux-Volvestre. Destaca por su bella fachada, en dos plantas en ménsula (voladizo, para soportar el arranque del balcón).

                Construcción de gran interés. La fachada presenta un doble tipo de entramado: un motivo en diamante y otro motivo en bordes de pescado. El tejado es del tipo “avanzado”. La casa tiene, además, dos ventanas esculpidas. En la planta baja estaba la antigua tienda. Los pisos altos estaban reservados para utilizarse como habitaciones. Fue construida con criterios funcionales.

                Para entrar o salir de la villa hay que cruzar:




EL PUENTE LAJOUS.- Es importante cruzar el puente, de ladrillos, para ver las fortificaciones de la catedral. Fue reconstruido en 1683 y restaurado en 1785. Conectaba la villa con Casterette, donde se encontraba el castillo feudal, emplazado en el actual cementerio.

                La puerta de la ciudad, a la entrada del puente, fue demolida en el siglo XIX. Incluía un monumento a la gloria del rey Luis XIV. Los restos del arco de este monumento son visibles sobre el muro exterior de la sacristía de la catedral.
                Tadeus cruzó el puente para hacer fotografías y ver el cementerio, remansos de paz. Antes de entrar en el cementerio, un memorial en recuerdo de todos los franceses que lucharon por Francia.



EL CEMENTERIO.- Se ubica en el antiguo solar del Castillo, en un alto al otro lado del Arize, donde el río dibuja un meandro en forma de herradura. Los cementerios son espacios solitarios, en los que compartir el silencio de los muertos. Y dicen mucho de la relación de los vivos con la muerte. En los cementerios también hay clases sociales, aunque el muerto es ajeno a esas distinciones: los cuerpos se pudren igual en un féretro de madera noble que en otro de madera reciclada prensada.

Hay tumbas que son auténticas piezas de arte, con pequeñas esculturas que quieren ser alegorías de una vida en el más allá. Sobre muchas tumbas hay esferas de granito: representan el globo terráqueo. Sobre la esfera de granito, la Tierra, una cruz. Simboliza el poder de la cruz sobre la humanidad, sobre todo el planeta. Es una alegoría exagerada de un poder religioso, supuestamente sobrenatural. Un dios imponiéndose sobre todos los hombres. Demasiado para ser cierto.

En el cementerio de Rieux las calles tienen una buena anchura. A ambos lados, tumbas grandes, familiares, con los nombres de los fallecidos. Una misma tumba aloja los restos de familiares de distintas generaciones.

Regresó al pueblo, por el mismo sitio, el puente Lajous, perdiéndose por distintas calles, hasta que desembocó en:



EL PARQUE DE LOS JACOBINOS.- Situado en un costado de la villa, los restos de un edificio de ladrillo rojo del siglo XVI, fueron antaño un convento de religiosos. Los dominicos se instalaron en el 1272, hasta la Revolución. Frente al portal de hierro forjado, cerca donde jugaban los niños, aparece un crucero ojival que formaba parte del claustro. En el subsuelo estaban los dormitorios y las cocinas.

El espacio abierto fue renombrado con el nombre de Parque de los Jacobinos, posiblemente en homenaje a los revolucionarios más radicales que pasaron por la guillotina a nobles y clérigos, hartos de tantos abusos. En el siglo XIX el edificio se transformó en una escuela libre para los niños jóvenes.
                Tadeus siguió callejeando, fotografiando fachadas, fijándose en la antigua arquitectura, capaz de construir edificios grandes y espaciosos que se mantenían en pie durante siglos; sin olvidar los conceptos más sencillos para las otras casas de menor rango, para los campesinos carentes de grandes recursos… callejeó hasta llegar a otro de los costados de la villa, dentro del curvado meandro dibujado por el río Arize, donde se ubicaba:

EL PUENTE DE AURIAC Y LA CAPILLA.- La capilla de Nuestra señora de la Buena Guardia, más exactamente un oratorio, protegía la villa contra los Hugonotes (protestantes) y contra las inundaciones, o eso creían. En el año del 1875 una inundación deterioró una extremidad del puente, en la zona del lavadero, así como varios edificios. El resto del pueblo quedó intacto.

                En el oratorio, los delicados frescos, del pintor Bénezet, nacido en T0ulousse, representan a un caballero y a un obispo poniendo el pueblo bajo la protección de Nuestra Señora del Puente, o Nuestra Señora de la Buena Guardia. Este santuario multiusos, también sirvió de garita a la Guardia Nacional durante la Revolución.


Objetos artísticos de Josiane Jalans

JOSIANE JALANS.- De regreso a casa, en la puerta de un edificio antiguo, Tadeus vio algunos objetos naïfs, con mucho arte. Pensó que el local era una tienda… en el interior, comprobó que era parte del taller de una artista local, Josiane Jalans. Tras los saludos, unas primeras frases en inglés y francés, hasta que Tadeus se identificó como español… Josiane había trabajado algunos años en alguna embajada de centro América y se manejaba bastante bien en castellano.

                A partir de cantos rodados del río, Josiane obtenía vistosas mariquitas rojas, con puntos negros; con algunos palos secos, fabricaba colgaduras sonoras, o “avisadores” caseros. También se manejaba con la pintura al óleo. Sus composiciones, sencillas, cargadas de belleza, ingenuas, eran el producto de su libertad creadora; libertad acrecentada en su jubilación: su tiempo era ahora suyo, para gastarlo en lo que quisiera. Josian Jalans ultimaba una exposición en Rieux-Volvestre para primeros de junio del 2019, en la sala de exposiciones de la villa.

COMIDA FAMILIAR.- En casa, un aperitivo con Alejandra para después trabajar de “pinche”. Tadeus estaba invitado a la comida familiar de las “chicas” Muñoz, con la presencia de María Muñoz, manchega de 89 años, su hija, su nieta y sus dos bisnietas. Sin llegar a utilizar un típico mandil –hubiera sido lo apropiado–, se ocupó de cortar el paté y colocar las rodajas sobre un pan oscuro de miel, migoso, de molde. Después añadiría, siguiendo las indicaciones de Alejandra, otras rodajitas de pera natural sobre el paté –no se resistió a probar aquel canapé: la mezcla de sabores y texturas le resultó sorprendente–. El conjunto se extendería en unas bandejas cerámicas de tonos grisáceos metálicos.

 María Muñoz, al fondo. A sus 89 años tiene una memoria prodigiosa

                También le entregaron un cuchillo de dimensiones respetables, quizá propiedad de algún cazador de osos pardos, para que fileteara magret de pato de tamaño normal; luego dispuesto en otra bandera, como entrante, que se acompañaría de vino tinto español, de la ribera del Duero. El pato forma parte de la dieta diaria de los franceses: sienten auténtica devoción por todo lo que les ofrecen las anátidas, empezando por el paté elaborado en distintas granjas, con distintas razas; sin renunciar a los distintos guisos, empezando por el conocido “Pato a la naranja”, reconocido mundialmente,

                Durante la comida y la sobremesa, el centro de la conversación estuvo en Cristóbal Fernández, tío de María, un hombre excesivo, un anarquista auténtico que luchó en la guerra civil española (1936-1939), en defensa de la libertad y la democracia.

María, a sus 89 años, se expresaba con entera libertad, contando algunas anécdotas de juventud, en su pueblo de La Mancha. Su memoria de aquellos años, en los Años 30 del siglo XX, arrancó risas y sonrisas cuando narró el desventurado episodio sexual de una joven manchega, que exigió a un acalorado vecino, solicitante de sus servicios, una peseta (de la época). La mujer, a partir de aquel encuentro, fue llamada “la de la peseta”, apelativo que no le gustaba. María no llegó a indicarnos el valor de una peseta en aquellos tiempos.


                Por la tarde, Tadeus, Alejandra y Tanguy recorrieron a paso tranquilo el perímetro del pueblo, fijándose en los edificios, buscando las máscaras de las fachadas, siguiendo la curva que describe el río Arize contracorriente.

Pasaron por la calle de las Donadas o “rue des Donades”, mujeres de la llamada vida alegre. Es loable que, en una villa cargada de historia en todas y cada una de sus casas, se les dedique una calle, en reconocimiento a su labor amorosa. Es importante, incluso enternecedor, reconocer a las mujeres que se dan, incluso por dinero, por necesidad: pocas putas son vocacionales.


                Sus pasos les llevaron al río y al molino, a la parte baja de lo que quedaba del viejo molino de agua, hasta llegar al puente del santuario, o “Le pont d´Auriac”, y la capilla de Nuestra Señora de la Buena Guardia. Es otra de las salidas del pueblo, en los límites de las partes vieja y nueva de Rieux-Volvestre.

                Los restos del viejo molino son el testimonio de un tiempo pasado, con una tecnología simple que cubría las necesidades de molienda de los vecinos de Rieux.

FINAL DE LA SEGUNDA ENTREGA de
LOS VIAJES DE TADEUS KUNZT. RIEUX 

Fotografías: Pablo Torres
(No se permite la reproducción de las fotos,
sin autorización por escrito del autor)


 

domingo, 2 de junio de 2019

Cuaderno de Arte. 1.- LOS HÍBRIDOS DE TETSUYA ISHIDA




                   Me fui hasta el Palacio velázquez, en El Retiro. Quería ver la retrospectiva del artista japonés Tesuya Ishida (Yaizu, Shizuoka 1973 – Tokio 2005). Sus composiciones son meta-lógicas o metafísicas: van más allá de la lógica, o más allá de la física. Los críticos de Arte le encajan dentro del “Realismo escéptico”, para decir que sus obras son raras: nada tienen de realistas, nada de escépticas.
                Los cuadros de Ishida son surrealismo puro: personajes híbridos, máquinas antropomorfas dominadas por la alta tecnología, sometidas al trabajo y al consumo, dentro de un círculo infernal sin escape posible.
                Algunos quieren ver en Ishida “sátira social”, a partir del “milagro económico” japonés de la postguerra (1945), que se alargó hasta la crisis del petróleo de 1973. Las especulaciones financieras e inmobiliarias, del neocapitalismo más salvaje e incontrolado, provocaron otra crisis económica en 1991. Reestructuraron la economía, a partir de la utilización de robot, en sustitución de la mano de obra humana. Esa forma de entender la economía, basada únicamente en criterios económicos provocó la última (falsa) crisis en occidente, a partir del 2007, que todavía colea: los capitalistas son insaciables. Nunca ganan lo suficiente.
                El artista japonés se sintió afectado por las crisis económicas, que repercutían negativamente en la sociedad. Su desazón intelectual se conformó en imágenes que criticaban ferozmente al sistema: los hombres/mujeres dejan de ser mujeres/hombres para hibridarse con las máquinas dentro del binomio trabajo-consumo.
                Los expertos en la obra de Teisuya Ishida indican que el pintor se adentra en las obsesiones de las personas que se encierran en espacios y tiempos donde trabajo, consumo y ocio se co-funden o confunden. Esas obsesiones están también en Kafka: individuos que se transforman en híbridos insecto-humanos alienados, prisioneros y domesticados por los poderes fácticos que manejan desde los sistemas educativos a los medios de comunicación.
                Para entender al pintor, en sus cuadros, un pequeño párrafo, de uno de sus cuadernos de apuntes, fechado en 1999: “Intenté reflejarme a mí mismo –mi fragilidad, mi tristeza, mi ansiedad– como una broma o algo divertido sobre lo que reír. Transformarme en objeto de risa, o de más tristeza. A veces era visto como una parodia o sátira de la gente contemporánea. Me expandí para incluir a los consumidores, los especuladores, los trabajadores y los japoneses. Las figuras del cuadro se expandieron hacia gente que puedo sentir”.

                Cada cuadro de Tetsuya Ishida puede causar perplejidad, turbación, desconcierto, rechazo… incluso miedo. Pero merece la pena acercarse a un pintor que describe su tiempo, nuestro tiempo, a su manera, desde la desesperanza que provoca la economía de mercado, donde las personas debe hibridarse con los robots para no ser obstáculos en la obtención de los beneficios empresariales…
Pablo Torres
Sábado 1 de junio 2019


Viajes: caminos, lugares, acentos (8)

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