lunes, 17 de mayo de 2021

LA CENSURA EN LA REVISTA "CARTA DE ESPAÑA" (1)

PERIODO FRANQUISTA (1960-1975).

    UNA REVISTA PARA LOS EMIGRANTES

        HECHA POR "PERIODISTAS ORGÁNICOS"

Recuperada la democracia, tras una larga y oscura dictadura franquista, la censura en los medios de información persiste como un cáncer incurable, bajo distintas formas actualizadas. En los medios privados, se elige a los periodistas por afinidad política para atacar a los profesionales de la política, en función de su ideología, según los intereses empresariales de los accionistas; en los medios de comunicación de titularidad estatal, algunos funcionarios elegidos a dedo, carentes de escrúpulos, realizan un trabajo sucio de censura, propio de la Inquisición, manipulando y cortando textos ajenos para cuidar "la imagen" institucional, como si ellos fueran los guardianes de la ortodoxia social y política. Son los grandes enemigos de esta democracia, reconvertida en plutocracia

En los inicios de los Años 60, siglo XX, se funda la revista "Carta de España", una publicación del Instituto Español de Emigración, entidad del Ministerio de Trabajo, dirigida a los emigrantes españoles en Europa e hispanoamérica para "informarles" de lo que se les quería informar. La España franquista, en aquellos años, con un general bajito y sanguinario al frente, tolerado por las potencias occidental, EEUU, Francia e Inglaterra, tenía a unos dos millones y medio de emigrantes en Europa (Alemania, Francia, Países Bajos...) que enviaban importantes remesas de dinero para la supervivencia de sus familiares. Los jerarcas franquistas, dispuestos a quedarse con un dinero que no les pertenecía, incluso pensaron en la creación de un "Banco del Emigrante" para controlar el mercado de divisas. Los banqueros no lo permitieron.

    En "Carta de España" no existía la censura. Los equipos de "periodistas orgánicos" eran afectos a la dictadura, usando la terminología de la época. Cada uno de ellos, desde el director al último redactor sabían que estaban allí para lo que estaban: cantar las excelencias de lo que entonces llamaban "democracia orgánica" (eufemismo para evitar decir dictadura militar). Y la censura no existía, porque ciertas noticias no existían, aunque eran conocidas por la mayoría de la población. Un ejemplo: en 1963 se crean los Tribunales de Orden Público, tribunales políticos para actuar contra cualquier súbdito (entonces no existían los ciudadanos) que se atreviera a pedir un régimen democrático. Los TOPs actuaron hasta 1977. En todos esos años, hubo más de 35.000 causas y miles de condenados. 

    En "Carta de España" se cantaban las excelencias del "Generalísimo", reflejando una realidad inventada con un abuelito entrañable que cuidaba de las esencias patrias. Las relaciones entre empresarios y trabajadores eran "excelentes", con sus fiestas del primero de mayo como máximo exponente de esa paz social, todos en un mismo sindicato vertical: hacían de España un país idílico. Las hostias que repartía la Policía los primeros de mayo a los trabajadores que se manifestaban, no existían: eran una invención de rojos y comunistas. Las derechas españolas siempre se fijan mucho en esas minorías supuestamente comunistas, para evitar hablar de una dictadura fascista que duró 40 años (dos generaciones mentalmente machacadas), en la que hunden sus propias raíces.

    Los "periodistas orgánicos" de la publicación estatal conocían las consignas. Algunos duplicaban puestos de trabajo, en el ABC, "Carta de España" y algún que otro centro oficial. La dictadura siempre pagó bien a sus "periodistas orgánicos": necesitan de su propaganda. Y los hubo con su carácter legionario, tipos que se desayunaban con una copa de aguarrás, al grito de "¡Arriba España!", mientras lleban sus bolsillos con dinero del Estado; los había tranquilos, haciendo su trabajo con alguna dignidad, conocedores del lugar en el que estaban.

    En ese primer periodo de "Carta de España", entre 1961 y 1975, de franquismo puro y duro, todo discurrió dentro de la normalidad de un régimen dictatorial. La revista cumplía el fin social para el que fue creada: "informar" a los emigrantes españoles de la irrealidad del país, destacando las maravillas del "milagro económico", sin especificar que se debía a dos causas: las remesas de divisas enviadas por los emigrantes y el turismo barato de sol y playas, cocina regional en los chiringuitos (gran invento español, junto con la Compañía de Jesus y la Guardia Civil). Ese turismo hizo de "las suecas" el símbolo de la represión sexual del español medio, aunque hay que darles las gracias a aquellas mujeres por lucir sus hermosas tetas al sol, contra la represión sexual impuesta por los curas católicos, afectos al caudillo de España. 

    Tampoco se informaba cuando algún estudiante moría por "saltar" por alguna ventana, estado detenido y esposado, acompañado por policías de la Brigada político-social, donde destacaba el sádico "Billy el Niño", policía torturador de estudiantes universitarios, condecorado por la dictadura y pensionado por la democracia. Esas muertes eran "sucidios". Los jueces, tan patriotas ellos, cerraban el caso, sin hacer la menor investigación. Su función era defender la dictadura a cualquier precio. Para eso se les bien pagaba.

    En esos años, el Estado contó con la colaboración inestimable de la iglesia católica: enviaba a sus capellanes para el control social de los emigrados, gente sencilla en busca de un futuro que les negaba su país, no fuera que en esos otros Estados republicanos europeos o americanos, con una Prensa relativamente libre, los nativos del lado sur de los Pirineos, típicos españoles de boina, faja y garrota, tan ignorantes ellos, se contaminaran con ideas liberales, socialdemócratas o socialistas.

    El 20 de noviembre de 1975 moría el sanguinario dictador, Francisco Franco, en una cama del hospital La Paz. Se iniciaba lo que se llamó la Transición a la democracia, un tiempo colvulso y agitado, hecho a punta de pistola y entre atentados, con todo un conjunto de protagonistas menores e incompetentes, transicioneros de tres al cuarto que se vendieron por unas monedas, como Judas aficionados en su papel de salvadores del pueblo: explicará las carencias y vicios de la actual plutocracia (la palabra se presta a chistes de poca gracia).

Pablo Torres (18 de mayo 2021)

Siguiente entrega:

LA TRANSICIÓN (1975-1982)

"CARTA DE ESPAÑA" SE  DEMOCRATIZA


viernes, 14 de mayo de 2021

RETRATOS SATÍRICO CONTEMPORÁNEOS (5)

 El Niñato de HarvarAravaca



    Vivimos en una democracia que no es una democracia. Vivimos en una plutocracia: una democracia de y para los ricos. Los pobres no pintan nada: carecen de derechos reales. Los partido políticos de esta plutocracia heredera de una sanguinaria dictadura que dejó como herencia una monarquía, se han transformado en sectas dirigidas por líderes que exigen lealtad incondicional, por encima de valores como la honradez, la capacidad y el trabajo. El mérito es cosa de tontos. Para escalar, trepar y llegar a lo más alto del vértice piramidal del PODER en los partidos políticos, se necesita la habilidad social de saber adular al jefe, o hacerle la pelota siendo, lo que vulgarmente se llama un lameculos, un baboso arrastrado

    Suceder a un bobo en el cargo político, requiere de otro bobo político de mayor calado que no evidencia las carencias mentales de su antecesor. Es como esas familias cosanguineas que, a fuerza de emparentarse endogámicamente, logran gestar auténticos retrasados, o tontos del haba de bigotillo ridículo. Los ejemplos se multiplican. Hay individuos que llegaron a lo más alto en su partido siendo unos lameculos vocaciones, aunque sus defectos saltaban a la vista. Uno de ellos, con deje mexicano, afirmaba junto al emperador de Occidente, estar trabajando en "ello"; otro, gallego mohíno, sufría una fuerte dislexia, incapaz de distinguir entre alcaldes, vecinos, electores y elegidos... aunque gritaba "Viva el vino".

    El último en llegar a la cúspide de la pirámide del PODER es el conocido como "El Niñato de HarvarAravaca", aunque se duda de que sea humano; él solito fue capaz de hacerse media carrera de Derecho en seis meses, ¡Toma ya!, complementando sus conocimientos jurídicos y económicos con un "Máster del Universo" impartido por la Universidad de Harvard, de calidad tan extrema que no han permitido ver a nadie su TFC (Trabajo de Fin de Curso). El niñato de HarvarAravaca, protegido por empresarios y jueces, tiene la lengua viperina de un carretero resabiado falto de maría: dos palabras son tres insultos. Es un tipo faltón, pequeño matón de barrio pijo, experto en insultos e injurias, parecido al enano de Gila: no mata, pero desmoraliza mucho. Y tiene como compañero de correrías políticas a un campeón del mundo de "lanzamiento de güitos", modalidad deportiva pendiente de ser reconocida por el COI "Comité Olímpico Internacional", para incluirla en los Juegos Olímpicos.

     Hay que reconocerle pulcritud y un punto de guapura, aunque para borrar su carita de ciriñolo decidió dejarse una barbita cursi: rompe su estética cursi de un repeinado ángel deslenguado. En el Parlamento es temible: descalifica a Dios y su santa madre, por el simple hecho de no ser de su ideología. Él solito representa la verdad absoluta, el dogma económico de la derechuza, la defensa de los ricos frente a todos esos peligrosos antisistema piojosos que quieren acabar con la patria, con su patria. Al presidente del Gobierno le ha dedicado ya más de un centenar de insultos, calumnias, injurias, desprecios, dicterios (¿sabrá lo que significa esta palabra?), improperios, ofensas, reproches, groserías... sin perder nunca esa sonrisa del mentiroso que no puede ocultar que miente.

    Como la gran mayoría de los políticos de tres al cuarto, "El niñato de HavarAravaca" se ha convertido en lacayo de los poderosos, los auténticos detentadores del PODER con el IBEX 35 cotizando en Bolsa. A todos esos genios de la Economía, se les regalaron las electricas, las empresas estatales rentables –Va por usted, señor Ánsar, de acento texano y relevante papel en el "Informe Chilcot"–; se les otorgaron privilegios económicos, permitiendo los paraísos fiscales en los que esconder  el dinero tan fácilmente "ganado". Y como fieles lacayos, acabada su carrera política se les incorpora a los consejos de administración de las grandes empresas para que pongan el cazo: la langosta cotiza más que las patatas. Roma siempre pagó a traidores y lacayos.

    Que nadie piense que "El niñato de HarvarAravaca" es una persona física, reconocible en sus rasgos físicos e ideología, aunque su esqueleto externo refleje a una persona de carne y hueso: es un humanoide, un robot biónico fabricado en un centro tecnológico secreto, al que le han dotado de inteligencia artificial y emocional; aunque al ser un prototipo de político futuro, tiene fallos. Se encasquilla emocionalmente, insulta demasiado, resulta chulesco y provocador... un grupo de científicos, trabaja con avezados políticos para afinar su personalidad: tienen mucho trabajo por delante, porque el robot biónico se siente a gusto en su papel de broncas y come-niños de izquierdas . Incluso piensan en diseñar una robot biónica, aunque da la sensación de que ya existe: presenta también fallos de diseño, por falta de memoria. Se obsesiona con la libertad y la cerveza (actualmente se estudia tan extraña relación, especialmente en ámbitos monacales donde se elaboran bebidas casi sagradas).

    El futuro del prototipo "Niñato de HarvarAravaca" no se puede predecir, aunque no es descabellado aventurar que no tendrá el menor problema económico o social. Le queda llegar a la presidencia del Gobierno, con los estragos que provocará entre la clase trabajadora; pero superado el "trámite" de ganar unas próximas elecciones, le espera la gloria, formar parte de esa élite de los elegidos para mejorar la aperreada vida de los poderosos. Es lo que hay. Esto es una plutocracia.


Pablo Torres

Madrid, 14 de mayo 2021


 

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