viernes, 14 de mayo de 2021

RETRATOS SATÍRICO CONTEMPORÁNEOS (5)

 El Niñato de HarvarAravaca



    Vivimos en una democracia que no es una democracia. Vivimos en una plutocracia: una democracia de y para los ricos. Los pobres no pintan nada: carecen de derechos reales. Los partido políticos de esta plutocracia heredera de una sanguinaria dictadura que dejó como herencia una monarquía, se han transformado en sectas dirigidas por líderes que exigen lealtad incondicional, por encima de valores como la honradez, la capacidad y el trabajo. El mérito es cosa de tontos. Para escalar, trepar y llegar a lo más alto del vértice piramidal del PODER en los partidos políticos, se necesita la habilidad social de saber adular al jefe, o hacerle la pelota siendo, lo que vulgarmente se llama un lameculos, un baboso arrastrado

    Suceder a un bobo en el cargo político, requiere de otro bobo político de mayor calado que no evidencia las carencias mentales de su antecesor. Es como esas familias cosanguineas que, a fuerza de emparentarse endogámicamente, logran gestar auténticos retrasados, o tontos del haba de bigotillo ridículo. Los ejemplos se multiplican. Hay individuos que llegaron a lo más alto en su partido siendo unos lameculos vocaciones, aunque sus defectos saltaban a la vista. Uno de ellos, con deje mexicano, afirmaba junto al emperador de Occidente, estar trabajando en "ello"; otro, gallego mohíno, sufría una fuerte dislexia, incapaz de distinguir entre alcaldes, vecinos, electores y elegidos... aunque gritaba "Viva el vino".

    El último en llegar a la cúspide de la pirámide del PODER es el conocido como "El Niñato de HarvarAravaca", aunque se duda de que sea humano; él solito fue capaz de hacerse media carrera de Derecho en seis meses, ¡Toma ya!, complementando sus conocimientos jurídicos y económicos con un "Máster del Universo" impartido por la Universidad de Harvard, de calidad tan extrema que no han permitido ver a nadie su TFC (Trabajo de Fin de Curso). El niñato de HarvarAravaca, protegido por empresarios y jueces, tiene la lengua viperina de un carretero resabiado falto de maría: dos palabras son tres insultos. Es un tipo faltón, pequeño matón de barrio pijo, experto en insultos e injurias, parecido al enano de Gila: no mata, pero desmoraliza mucho. Y tiene como compañero de correrías políticas a un campeón del mundo de "lanzamiento de güitos", modalidad deportiva pendiente de ser reconocida por el COI "Comité Olímpico Internacional", para incluirla en los Juegos Olímpicos.

     Hay que reconocerle pulcritud y un punto de guapura, aunque para borrar su carita de ciriñolo decidió dejarse una barbita cursi: rompe su estética cursi de un repeinado ángel deslenguado. En el Parlamento es temible: descalifica a Dios y su santa madre, por el simple hecho de no ser de su ideología. Él solito representa la verdad absoluta, el dogma económico de la derechuza, la defensa de los ricos frente a todos esos peligrosos antisistema piojosos que quieren acabar con la patria, con su patria. Al presidente del Gobierno le ha dedicado ya más de un centenar de insultos, calumnias, injurias, desprecios, dicterios (¿sabrá lo que significa esta palabra?), improperios, ofensas, reproches, groserías... sin perder nunca esa sonrisa del mentiroso que no puede ocultar que miente.

    Como la gran mayoría de los políticos de tres al cuarto, "El niñato de HavarAravaca" se ha convertido en lacayo de los poderosos, los auténticos detentadores del PODER con el IBEX 35 cotizando en Bolsa. A todos esos genios de la Economía, se les regalaron las electricas, las empresas estatales rentables –Va por usted, señor Ánsar, de acento texano y relevante papel en el "Informe Chilcot"–; se les otorgaron privilegios económicos, permitiendo los paraísos fiscales en los que esconder  el dinero tan fácilmente "ganado". Y como fieles lacayos, acabada su carrera política se les incorpora a los consejos de administración de las grandes empresas para que pongan el cazo: la langosta cotiza más que las patatas. Roma siempre pagó a traidores y lacayos.

    Que nadie piense que "El niñato de HarvarAravaca" es una persona física, reconocible en sus rasgos físicos e ideología, aunque su esqueleto externo refleje a una persona de carne y hueso: es un humanoide, un robot biónico fabricado en un centro tecnológico secreto, al que le han dotado de inteligencia artificial y emocional; aunque al ser un prototipo de político futuro, tiene fallos. Se encasquilla emocionalmente, insulta demasiado, resulta chulesco y provocador... un grupo de científicos, trabaja con avezados políticos para afinar su personalidad: tienen mucho trabajo por delante, porque el robot biónico se siente a gusto en su papel de broncas y come-niños de izquierdas . Incluso piensan en diseñar una robot biónica, aunque da la sensación de que ya existe: presenta también fallos de diseño, por falta de memoria. Se obsesiona con la libertad y la cerveza (actualmente se estudia tan extraña relación, especialmente en ámbitos monacales donde se elaboran bebidas casi sagradas).

    El futuro del prototipo "Niñato de HarvarAravaca" no se puede predecir, aunque no es descabellado aventurar que no tendrá el menor problema económico o social. Le queda llegar a la presidencia del Gobierno, con los estragos que provocará entre la clase trabajadora; pero superado el "trámite" de ganar unas próximas elecciones, le espera la gloria, formar parte de esa élite de los elegidos para mejorar la aperreada vida de los poderosos. Es lo que hay. Esto es una plutocracia.


Pablo Torres

Madrid, 14 de mayo 2021


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Viajes: caminos, lugares, acentos (8)

  CARCASONNE, CIUDAD DE LOS CÁTAROS   Acceso a la ciudadela, por la Puerta de Narbona                Los cátaros o albigenses formaron un mo...