Cinesia
es un espacio municipal recuperado en San Cristóbal de los Ángeles (Sur de Madrid),
siendo alcaldesa de la capital Manuela Carmena, para la Cultura y otras actividades
vecinales. En el otoño del año 2019, Pablo Torres, guiado por Cristina Guerrero, planteó realizar unos encuentros
Escritores-Lectores en San Cristóbal, para ofrecer a los vecinos del barrio, y
de otras partes de Madrid, los procesos de escritura que finalizan en libros. El
taller fue valorado positivamente y, tras varios retrasos motivados por la
cercanía de la Navidad y un viaje que Pablo Torres tuvo que hacer a Irlanda, el
proyecto se hizo realidad. Y el titular que resumen el primer Encuentro, sería: Dinamita pá los pollos...
PRIMER ENCUENTRO
Miércoles 5 de febrero 2020
CINESIA. Calle Godella 104. San Cristóbal de los Ángeles
PRIMER ENCUENTRO
Miércoles 5 de febrero 2020
CINESIA. Calle Godella 104. San Cristóbal de los Ángeles
DINAMITA PÁ LOS POLLOS
Cerca
de treinta personas, en su mayoría mujeres, demostrando una vez más su
inteligencia, asistieron al primer Encuentro de Escritores y Lectores. PabloTorres, periodista y escritor; y Alberto Martín, licenciado en Filología
clásica, escritor y poeta, abrieron el taller presentándose, ofreciendo sus
particulares puntos de vista sobre la Literatura y la lectura en España.
Alberto Martín, casi al final del acto (foto: Pablo Torres)
Pablo Torres, en la
presentación, manifestó que los Encuentros, en su primera convocatoria, podían
considerarse como “Un salto al vacío, a la manera de una cita a ciegas. No hay
ningún estudio sobre las condiciones culturales en el barrio de San Cristóbal.
No sabemos si la Literatura tiene algún interés en un barrio obrero, de
inmigrantes. Pensamos que merece la pena intentarlo”.
Después presentó a Alberto
Martín: “Tenemos la suerte de tener con nosotros a Alberto Martín, un escritor
auténtico, de verdad. Vamos a tener el privilegio de escuchar de su voz, uno de
sus cuentos… pero como todos los grandes escritores españoles tiene que pasar
por el purgatorio del anonimato y la indiferencia”.
Alberto Martín.- Bienvenidos a “Tierras
del Sur”, aunque vosotros también sois del sur, unos más que otros, verdad.
Siempre hay que tener un sur al que volver, verdad Maribel. Nosotros nos
tenemos que quedar con este sur, que no es poco. La Literatura la puedes
encontrar en cualquier lado de la vida, en cualquier momento del día. Este
poema se titula “El tiempo invertido” y proviene de una cosa que me pasó en la
facultad, en una asignatura, “Pervivencia de la Literatura latina”, una
asignatura muy bonita que daba el insigne profesor Vicente Cristóbal, que es
uno de los mayores expertos en Virgilio, que hay en el mundo y en este país. Y
en la asignatura nos enseñaba cómo la Literatura latuina había pervivido a
través de los textos modernos y contemporáneos. Y aquel día nos escribió un
texto en la pizarra, de un poeta que se llamaba Enio, un poeta del siglo II AC
que nadie le conoce sino está metido en el embrollo. Y al lado nos puso un
poema, una estrofa de una canción de Roberto Carlos, cantautor, que eran idénticos.
El profesor nos dijo si
realmente Roberto Carlos había leído a esa gente. Era algo impensable que este
cantautor pudiera conocer a esta gente tan desconocida.
Bueno, la gente dio su opinión y
a mí se me ocurrió levantar la mano en aquel momento y le dije que Roberto
Carlos no había leído nunca a esos poetas. Pero los poetas sí que habían encendido
en una soleada y aburrida mañana del Apio la radio y habían escuchado la canción
de Roberto Carlos.
Alberto Martín, en la entrada a CINESIA.
Al profesor no le gustó mucho el
comentario, claro, y me dijo: “Eres tonto”. Pensé, pues tiene razón a lo mejor;
y lanzándome una mirada me dijo: “Señor, aquí las gracias las hago yo”. En ese
momento no podía haber dos machos alfa en la clase. Me retiré y no volví a
clase. Luego aprobé: no me puedo quejar. No me volvió a ver, no se acordaría de
mí, bueno pues…
Yo pensé si realmente le das
vuelta al calcetín del tiempo, si tan parecidos eran los poemas por qué no, si
hubiera sido al revés, se hubiera dado el caso. Y salió este cuento que se
titula “El tiempo invertido”, pensando que el poeta del siglo I antes de
Cristo, Propercio, realmente había leído a Ernesto Cardenal, que es un poeta nicaragüense
de este siglo. Y dice:
Ambos eran jóvenes. Él escribía
poemas que repartía por las calles y entre su círculo de amigos. Ella tenía la
experiencia de la vida, pues el mundo la había llevado y traído y ella se había
dejado balancear por ese oleaje. Él no encontraba la forma exacta de definir su
amor por ella. Era era simplemente la definición del amor. Se enamoraron una
noche leyendo los epigramas de Ernesto Cardenal y Propercio halló entonces la
fórmula definitiva de plasmar su amor por Cintia, su amor.
[Silencio]
–Alberto Martín.- Ya he acabado el micro-relato.
Qué cortito, no [Reacción: aplausos]. Los tengo más cortos.
–Pablo Torres.- Pues venga, otro
cuento…
–La reunión de cuentos que tengo
aquí la titulé “La puerta y otros relatos”. A mí me gusta conocer las paranoias
de la gente. Hay chicha, mucha chicha. Todo empieza con un botellín y hablando
con un compañero, mi amigo Rafa. Después de un botellín y otro botellín, salió
el tema de si nos gustaría saber cuánto nos queda de vida. Salieron las
opiniones y profundizando en una noche todavía con alguna que otra cerveza con
Paloma, ya poníamos reglas. Vas a recibir, te van a decir que te quedan tres,
seis, siete meses de vida… Poníamos reglas: ¿Qué te gustaría? ¿Cómo te gustaría
despedirte? Como no…¿Con quién pasarías la última noche?... sólo puedes ver a
esa persona una vez, en lo que te queda de vida. Son paranoias que molan,
juegos que molan. Una compañera me dijo que tenía una locura en la cabeza, que
era que antes de salir de casas, echaba mano al bolsillo veinte veces para ver si
encontraba las llaves. Tenía que salir con las llaves, porque en la época de la
facultad llegabas a casa a las tantas… un poquito mamado y echas mano al bolsillo y dices “No tengo las
llaves”… y no es plan tampoco. Yo dije “lo de las llaves es importantísimo”. Yo
le di vueltas y escribí el cuento “La puerta”, que dice así:
De mis salidas nocturnas temo desesperadamente
volver a casa sin las llaves. A menudo no encuentro las llaves. De un tiempo a
esta parte, mis temores han cambiado considerablemente. Lo que ahora temo de
mis salidas nocturnas, principalmente a causa del alcohol ingerido, es no
encontrar la puerta.
[Aplausos]
–A.M.- Ya está.
–P.T.- El primer libro que
publicó Alberto lo editó Noticias Bibliográficas. Fue “Primeros cármenes”. Ese
libro llegó a RNE, a Eduardo Sotillos, a “El ojo crítico”. Y le hicieron a
Alberto una entrevista extensa. Es una lástima que en RNE de España no esté una
persona como Eduardo Sotillos. Menuda diferencia entre los socialistas de
entonces y los de ahora. No hay color. Es de los pocos libros que agotamos.
Pablo Torres, en la entrada de Cinesia.
A.M.- ¿Agotado? ¿Fue un éxito de
ventas?
P.T.- Bien es cierto que
nuestras tiradas eran de 200 ejemplares.
A.M.- Ya, pero se vendieron
todos [risas]
P.T.- Hasta hace poco tenían un
programa de Alejandro Alcalde, creo recordar que era “La víspera del infinito”.
Y se pulieron el programa de un día para otro. Es una lástima. No hacía
críticas literarias. Hacía reseñas literarias.
Si os fijáis en la Prensa, los
distintos medios tienen distintos grupos editoriales en las páginas literarias
de cada grupo. Defienden a sus autores. Aquello es un tongo. Lo mejor que se
puede hacer es reseñar el libro y que cada lector saque sus propias
conclusiones.
No puedes decir que este libro
es maravilloso porque pertenece a este grupo editorial y porque la reseña aparece
en el ABC, no. El ABC tiene su propio grupo editorial, El Mundo también y El
País también. Hay un “colegueo” poco razonable. Ahora está Arturo Pérez-reverte
detrás de un maquinillo que llamada “La dragona”, que imprime libros en unos
minutos a partir de un pdf. Las librerías no van a nacesitar tener miles de
libros en los estantes. Quieren hacer franquicias. Puede ser una salida para
hacer bibliotecas personalizadas. En mi biblioteca, afortunadamente no tengo a
Vargas-Llosa, como tampoco tengo a Vizcaíno Casas.
A.M.- Yo a Vizcaíno, no; pero a
Vargas-Llosa, sí.
P.T.- Yo a Vargas Llosa no lo
quiero ni ver. Es un tipo que jamás ha defendido una causa noble o justa.
A.M.- Te voy a decir una cosa
que no te gusta. También tengo a Umbral.
P.T.- Eso es muy fuerte.
A.M. Lo siento Pablo [sin perder el humor]. Yo
normalmente suelo… según las ideas, sueles ir a un lado o al otro de los autores;
pero hay autores que a mí me pueden, para bien, si piensan como piensan.
Defiendo al Vargas-Llosa de su primera época.
P.T.- Hace muchos años que
Vargas-Llosa dejó de ser escritor.
A.M.- Vargas me puede, en esa
época; y Umbral, en ciertos libros.
Pablo Torres abordó lo que
entiende una cuestión básica para entender la Literatura actual, en España y en
el resto de países occidentales: “Hay una Literatura industrial, para masas. No
es la Literatura de los escritores que publicamos en pequeñas y medianas
editoriales. El caso Vargas Llosa ilustra perfectamente la separación entre
Literatura industrial y Literatura artesanal o casera, aunque no es el único
autor detestable: los “intelectuales orgánicos” a la manera de José María
Pemán, son legión. Es algo así como consumir cerveza industrial o artesanal y
casera. La Literatura artesanal o casera está mejor elaborada, tiene su propio
sabor. La Literatura industrial tiene, toda ella, el mismo sabor, la misma
espuma, la misma densidad…”.
Tras estas intervenciones, Pablo Torres resumió
“El laberinto de los niños robados”, libro de reciente publicación, segunda
entrega de los casos de Tadeus Kunzt, continuación de “Pasos en la niebla” o “The
sky road”. Explicó las dificultades de investigación de los casos de los niños
robados en los paritorios, para un sucio negocio de compra-venta de bebés. La
historia de esa monstruosidad se remonta a los tiempos del coronel
Vallejo-Nájera, jefe de Psiquiatría en los ejércitos de Franco, que robaba
niños a las presas republicanas en la prisión de Málaga, en tiempos de la guerra civil. El autor de la novela
también quiso saber quiénes fueron el fiscal y el juez que cerraron una
operación policial en 1982, en la que detuvieron al malvado doctor Sail y a la
monjita conocida por el nombre de sor Satán. No lo consiguió. Los archivos de la Justicia están cerrados para ciertos periodistas.
PREGUNTAS
Y DEBATE.- Algunas asistentes se sintieron decepcionadas con Vargas Llosa, por
la disociación entre su obra y su vida. Alberto Martín explicó el cambio
ideológico de Francisco Umbral, su paso de El País a El Mundo. Pablo Torres
debatió con los lectores sobre la colonización cultural de España, sometida a
la Literatura estadounidense. También se habló de la desmitificación Hemingway,
el autor que internacionalizó los encierros de san Fermín. Pablo Torres indicó
que la escritura fue siempre un “trabajo” de la burguesía, con notables
excepciones: Cervantes, Miguel Hernández…
Cristina Guerrero planteó la
cuestión de las mujeres en la Literatura, ante el manifiesto olvido de los “ponentes”.
Reconocieron ese involuntario olvido, provocado por la exclusión de las mujeres
en los manuales de historia de la Literatura. Los escritores se comprometieron a
recuperar nombres de escritoras en el próximo Encuentro, aunque antes citaron a
algunas mujeres escritoras: Almudena Grandes, con su obra “Las edades de Lulú”
y su posterior obra, de perfil galdosiano; María Zambrano, con sus escritos
filosóficos; los libros de Gloria Fuertes, etiquetada como de infantilista; los
cuentos de Elena Fortún, que marcaron toda una época…
También se debatió sobre las
lecturas obligatorias en los Institutos, que provocan la huida de los alumnos.
No soportan “La tía Tula”, de Unamuno; ni otros autores, tan pesados e
insoportables como el ilustre pensador vasco. Piensan que toda la Literatura es
así y no quieren volver a saber nada de la Literatura. Pero los responsables de
tan grande barbaridad son los funcionarios de Educación, que deben elegir los títulos
por sus propios intereses personales, posiblemente de carácter económico.
Pablo Torres echó en falta una
literatura española, de autores con origen marroquí o rumano, o latinoamericano… Y se habló del rap, como no tan nuevo movimiento poético. Cerró el
acto Alberto martín, con un poema de desamor, al entender que “Todos los poemas
que dicen que son de amor, son de desamor”.
El colofón al primer Encuentro Escritores-Lectores
fue el deseo manifestado por algunos “ausentes” que, vía Internet, preguntaron si se
podían retransmitir el evento por Facebook, Instagran o Youtube: “No hemos sabido
responderles. Haremos averiguaciones para ver de transmitir el segundo
Encuentro, si tenemos ánimos y escritores que quieran venir “de” gratis”.
Un resumen de John Cleggan
Macroom, Ireland, 14 de marzo 2020
Macroom, Ireland, 14 de marzo 2020
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